Cuál es tu próximo destino

[Amazonas] Cruzando la Frontera Brasil - Colombia

"Me preguntaba qué sensación se experimentaba al cruzar la frontera. ¿Qué sentía uno? ¿En qué pensaba? Debía de tratarse de un momento de gran emoción, de turbación, de tensión. ¿Cómo era ese otro lado? Seguro que diferente" Viajes con Herodoto, Richard Kapuscinski.

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La primera noche en medio del Amazonas transcurrió entre el sonido de insectos, aves y animales y el sonido de la lluvia que arreciaba por momentos, la casa se movía al bamboleo de las olas que provocaban los peque peques (era impresionante pero navegaban hasta en las horas de la madrugada con una oscuridad absoluta).

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A la mañana siguiente me desperté temprano, con el objetivo de conocer Tabatinga y la frontera con Brasil, Sebastián (Un hippie manizalita que conocí en el hostal) me sugirió que en esa mañana-medio día podíamos recorrer Tabatinga, Leticia y sus alrededores en moto, así que tomamos un peque peque (canoa a motor, el sistema de transporte masivo del río) rumbo a Leticia a buscar el lugar donde alquilaban las motos, nos tocó esperar más o menos media hora a que abrieran el local. Sin embargo, nunca llegó el dueño y nos tocó buscar otro que quedaba más cercano a la frontera aproximadamente a dos o tres cuadras. Alquilamos la moto durante tres horas, tiempo suficiente para conocer lo que nos habíamos propuesto.

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Recorrimos la Avenida Internacional de Leticia que cuando se pasa al lado brasilero cambia a Avenida da Amizade (Amistad), el cambio de país no es perceptible, no hay controles, ni aduanas, es tan sencillo como cruzar de una cuadra a otra, ojalá todas las fronteras fueran así, una de las principales razones para escoger el Amazonas como destino era ésta, en cierta forma siempre había tenido una especial curiosidad por "Cruzar la frontera", quería saber que se siente, sobre todo que ese pequeño paso entre las dos banderas de Brasil y Colombia significaba mi primer viaje al extranjero, aunque sólo fuera durante unas pocas horas y me alejara solamente unas calles de mi terruño.

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Mi primera vez experimentando el ser extranjero, experimentado la "otredad" que describe Kaspuscinki en sus "Viajes con Herodoto".

Recorrimos los edificios municipales, la Cámara de Comercio, la Prefeitura, el Palacio de Justicia y el Muelle de Tabatinga, donde salen los grandes barcos a Manaos. De vuelta a Colombia, nos detuvieron en el CAI Frontera para hacer una simple revisión de papeles y para exigirnos llevar los cascos, del lado brasileño al parecer no hay mucho control sobre esto.

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De vuelta a Leticia cruzamos la ciudad de lado a lado y continuamos por la Avenida Vázquez Cobos y la Vía a los Lagos donde se encuentran bastantes centro recreacionales ubicados a lado y lado de la vía, a medida que avanzábamos el paisaje de cemento cambiaba a uno mucho más selvático al punto que en un momento nos encontramos haciendo moto cross entre el fango de la vía, llegamos aproximadamente hasta el kilómetro 13 donde nos bajamos e hicimos una pequeña caminata en medio de la selva hasta llegar a un río para descansar un rato

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Visitamos el centro de Leticia, el SINCHI (Instituto de Investigaciones Amazónicas) pero por ser domingo estaba cerrado, caminamos por el Parque Santander y la Catedral de Leticia, muy cuidado y bastante lindo. A la hora del almuerzo Sebastián me habló de un restaurante peruano en el mercado de Tabatinga donde podíamos comer un buen ceviche por un buen precio, así que después de devolver la moto caminamos hasta el restaurante bajo el sol implacable del medio día colombo-brasileño, el mercado de Tabatinga, tiene significativamente mucho más movimiento que el de Leticia y ya que estábamos a vísperas del mundial era inevitable ver la verde amárela en cualquier lugar al que se mirara, después de almorzar caminamos hasta el muelle de Tabatinga para tomar un peque peque rumbo a Hippilandia.