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Perdidos en la noche habanera I: Jineteros, doble moneda y CDR

Atardecer en la Habana 1

Llegamos a la Habana desde Cancún, un vuelo de una hora y media más o menos. Pero habíamos pasado casi todo el día en bus para llegar a Cancún y luego al aeropuerto.

En la Habana nos estaba esperando nuestro amigo George (que yo había conocido en mi primer viaje a Cuba). El nos había conseguido una casa particular y nos tenía varios planes reservados para nuestras dos semanas de viaje.

Cuando llegamos al apartamento, George nos dice que la dueña no podía recibirnos porque estaba de fiesta, sí, como escucharon, de fiesta. Esta sería sólo una de las muchas bienvenidas que tendrías ese primer día en Cuba. George nos dio las llaves y nos dijo que seguro mañana veríamos a nuestra anfitriona.

Como estábamos muy cansados del viaje, quisimos dormir un poco, eran como las 8 de la noche pero ya el cuerpo no daba más. Nos despertamos como a las 11 de la noche más o menos con hambre y sin siquiera saber dónde encontrar algo.

Salimos a la calle a aventurarnos en la noche habanera.

Para aquel que viaja por primera vez a la Habana, le puede parecer un poco una ciudad insegura, sobre todo de noche. Gritos (aunque sólo son cubanos hablando), mucha gente en la calle, pocas calles iluminadas y una que otra destartalada.

Yo intentaba por todos los medios recordar mis recorridos de mi primer viaje en Cuba pero no daba con nada. Sin embargo, sabía que íbamos en el camino correcto para llegar al Capitolio. Y, así fue. Dimos una vuelta, miramos si había algo abierto y nada. Todo cerrado.

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Era ya casi media noche pero la importancia del lugar nos hacía pensar que podíamos encontrar algo. Ahí fue cuando conocimos a uno de nuestros dos primeros guías de la noche. Un mulato atlético en silla de ruedas. Nos grita una de las frases más conocidas de los jineteros en Cuba ¡Amigo! ¡Amigo!

Las dos reglas para tener un buen viaje a Cuba

Recuerdo que en mi primer viaje a Cuba, lo primero que me dijeron en mi hostal es que hay dos reglas de oro para tener un buen viaje en el país.

1) Ojo con el cambio de moneda. Cuba cuenta con dos monedas: los pesos nacionales, con los que se paga el salario de los cubanos de a pié y los CUC, o peso convertible, se trata de una moneda cuyo valor es igual al dólar. 1 CUC = 1 Dólar. Para el turista desprevenido esto puede resultar todo un reto, lo mejor, es aprender a reconocer bien un peso y un CUC y estar muy pendiente cada vez que te dan el cambio.

2) Cuidado con los jineteros. Los jineteros son unos personajes que hacen parte del paisaje turístico cubano. Son gente que hace uso de una increíble habilidad de la palabra y el convencimiento para sacarte cosas. No roban. Pero son capaces de llevarte a bares y restaurantes para que pagues por ellos la cuenta (o para recibir una comisión) o a "fabricas" de tabaco, tiendas de suvenires o bodegas de ron. Normalmente su forma de iniciar una conversación es "¿amigo, qué hora tienes?" o simplemente ¡Amigo! ¡Amigo!

Entonces ahí estaba nuestro "amigo", con una amplia sonrisa y una muy buena historia para contarnos. Como ya me sabía el modus operandi intenté hacerle ver que no me dejaría llevar por él. Sin embargo, sorprendido, me dijo que sólo me quería ayudar, que ya era tarde y el conocía un restaurante "bien bueno".

Así, siguió caminando a nuestro lado, contándonos su paso por la guerra del Congo (el Vietnam cubano), su recuperación tras haber perdido sus dos piernas y cómo llegó a convertirse en miembro del equipo paralímpico de baloncesto de Cuba. La verdad, si bien, la gente te advierte sobre los jineteros y si bien, no sabes si la historia que te cuentan es cierta, al menos, te hacen pasar un muy buen rato. Son Storytellers de profesión.

Seguimos caminando y caminando y nuestro amigo, hablando y hablando.

En un momento, cuando el señor hacía una pausa para encontrar una nueva historia que contarnos, me doy cuenta que llevábamos al menos unos 30 minutos dando vueltas.

En eso lo paro en seco y le digo a dónde nos lleva, que bien chévere las historias pero que no me fío mucho de él. El sólo me mira fijamente y explota en risa.

Jajaja mi hermano, tranquilo, tranquilo. ¿Tu sabías que Cuba es el país más seguro del mundo?

Mira (me muestra la calle casi oscura donde estábamos), sobre esos postes donde no hay lámparas que sirvan, hay cámaras que vigilan todo el tiempo.

Además, en Cuba no pasa nada sin que el CDR se entere, si yo te hago algo hoy en esta calle, mañana van a buscarme a mi casa y me mandan a cortar caña.

Los CDR

Los CDR son los Comités de Defensa de las Revolución, una estructura vecinal que se encarga entre otras cosas de las campañas de salud, de educación, de la separación de residuos para el reciclaje y de la promoción de la participación ciudadana.

También son responsables de identificar a los ladrones, denunciar la violencia intrafamiliar y a los disidentes. Cuando en Cuba te dicen que las paredes tienen oídos, es así, no sabes quien es del CDR, porque normalmente todos hacen parte del CDR, todos defienden la revolución. No sabes si lo que le cuentas a tu vecino te puede incriminar.

Llegamos al dichoso restaurante. Esa noche comimos la pizza más cara de Cuba. Pero al final todos habíamos salido ganando, nuestro amigo tenía su comisión, nosotros habíamos comido y habíamos conocido el lado de Cuba que no sale en las guías de turismo.

Sin embargo, la noche no había terminado aún…